martes, marzo 06, 2007

ESPANTAPÁJAROS (dedicado a todas las mujeres que sabemos volar)
No sé; me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida.Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso si! - y en esto soy irreductible - no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!Está fue - y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente,de María Luisa.¿Que me importaban sus labios por entregas y sus en celos sulfurosos? ¿Que me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronostico reservado?¡ María Luisa era una verdadera pluma!Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba delcomedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa.Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, unpuntito rosado. "¡ María Luisa! ¡María Luisa!... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme,volando, a cualquier parte.Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nosaproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.¡ Que delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver,de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...la de pasarse las noches de un solo vuelo!Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer quetenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo? Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.

Oliverio Girondo

Y aquí os dejo con el espantapájarps concebido por Girondo, din, don, din...

6 comentarios:

Elisa dijo...

Vaya Mayra, nos estás haciendo descubrir unos textos preciosos. ¿y sabes? ahora mismo me ha venido a la cabeza la canción de vuela, vuela... jaja, muy apropiada...

Anónimo dijo...

Jo, tiene toda la razón Eli. No sé siquiera qué comentario dejar.
Me encanta cuando dice que no sabe concebir otra forma de hacer el amor, sino volando.
Pero, ¿cómo retener a alguien que únicamente desea volar?

Vagabunda Dharma dijo...

Por cierto, el din,don,din era un homenaje a la entrada de Eli, es por intertextualizar un poquito :)

Pi dijo...

¿puede depender de tu estado de ánimo el volar más o menos? ¿no es cierto que cuando estamos alegres, nuestros pies casi no tocan el suelo, es cierto que flotamos? ¿y cuando estamos tristes parece que la gravedad es 10 veces más fuerte de lo que es habitualmente? ¿no se dice que cuando alguien está enamorado anda a un palmo del suelo, como si volara?... Qué preguntona estoy últimamente...

Elisa dijo...

gracias May jaja

Vagabunda Dharma dijo...

Pues dicen que todo es física y química, así que no me extrañaría que en una de estas reaccines excesivas que nos dan nos fuéramos volando como un cohete¡¡¡besitos